En España, aunque nos pueda parece inverosímil, la ley protege al deudor. En concreto la Ley de Segunda Oportunidad, ya seas persona física o autónomo.

La Ley de Segunda Oportunidad está en vigor desde el año 2015 con el objetivo principal de que aquellos que se encuentran en estado de insolvencia, no queden fuera del sistema y tengan la posibilidad de volver a comenzar sin acumular deudas eternamente.

En García Petit Abogados conocemos y aplicamos esta Ley de Segunda Oportunidad en un procedimiento que pudiera equipararse al conocido “concurso de acreedores” muy utilizado en las empresas. En el caso de la Ley de Segunda Oportunidad, las personas físicas que se adhieran deberán transitar por diferentes fases: acuerdo extrajudicial, concurso de acreedores, fase de liquidación y solicitud de la exoneración de sus deudas.

Una de las grandes ventajas que tiene la aplicación de la Ley de Segunda Oportunidad es que desde el momento en que se presenta, se paralizan todas las medidas ejecutivas, por lo que el deudor consigue un tiempo en el que no suma intereses y la tranquilidad de no ser embargado.

Digamos que la Ley de Segunda Oportunidad está destinada a particulares y autónomos que ahora tienen la misma oportunidad que las grandes empresas cuando se presentan a concurso de acreedores, pero en esta ocasión dando la oportunidad de volver a empezar quedando así el sujeto dentro del sistema.

Digamos que la Ley de Segunda Oportunidad aplica una especie de justicia social, tratando de que un deudor de buena fe que cae en un momento de insolvencia por factores que le son ajenos, puedan comenzar de cero y rehacer su situación.